
El 18 de octubre de 2019, en el cumpleaños de una de sus hijas, el entonces director de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y actual presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, se encontró con una situación inesperada. Durante una celebración en su hogar, comenzó a escuchar las noticias que reportaban sobre los disturbios y la violencia que se desataba en las calles de Santiago. Mewes recuerda que, junto con el temor que lo invadió, inició contactos a nivel gremial y con sus vecinos para entender mejor la situación. “No teníamos muy claro qué es lo que estaba pasando y ahí nos conectamos a las noticias de la televisión y pudimos ver el caos de lo que estaba pasando. Fue una pena terrible”, expresa al rememorar esos momentos.
Reflexiones sobre el estallido social
Mewes lamenta profundamente la violencia que, desde su perspectiva, se desató a raíz de esos acontecimientos y critica el “mal manejo” que la clase política mostró ante la crisis. Es claro en su opinión: “Creo que no estuvo a la altura, para en ese minuto primero darse cuenta de lo que venía y nunca usar esto políticamente. Al final sí, hubo un acuerdo político, pero ya eso fue tarde”. Según él, el estallido social fue una respuesta legítima de la ciudadanía, que se sintió ignorada y maltratada. “Sin ser sociólogo, tengo la sensación de que mucho de esto no hubiera pasado si a la gente se le hubiera tratado dignamente”, afirma.
La importancia de la dignidad y el empleo
Mewes enfatiza que el foco debe estar en generar puestos de trabajo y en ayudar a las personas que se encuentran en la informalidad, ya que “esa gente no tiene acceso a la salud, no tiene acceso a seguridad social, nada”. Critica la cultura de la corrupción que se había normalizado en el sector privado, donde las empresas a menudo ofrecían beneficios indebidos a proveedores. “Cuando uno ve, por ejemplo, que las empresas, particularmente aquellas que atienden público, no estuvieron a la altura, que cobros indebidos, etc. O sea, podemos ir sumando una serie de cosas que a la gente la dejaron hasta más arriba de la cabeza”, señala.
Un cambio en la percepción empresarial
A cinco años del estallido social, Mewes reconoce que su visión sobre los problemas del país ha cambiado. La urgencia de abordar las necesidades de la población se ha vuelto más evidente. “El país tiene oportunidades en el mediano-largo plazo, creo que necesita con urgencia que podamos hacer algo distinto, salir de la caja. Y eso me tiene tremendamente preocupado”, indica.
Mewes también reflexiona sobre el impacto que tuvo el aumento del pasaje del metro en la movilización social. “Los $ 30 fueron la gota que rebalsó el vaso… Fue una cosa más”, dice, y añade que la falta de atención a las necesidades de las personas ha sido un factor crucial en el descontento social.
La responsabilidad del sector privado
El dirigente empresarial critica la falta de atención hacia las personas que viven en condiciones de pobreza. “No nos preocupamos de esa persona que muchas veces pasa desapercibida, que no la consideramos, que sabemos que vive muchas veces en la extrema pobreza”, sostiene. Mewes también menciona que el sector privado ha tenido que enfrentar mayores costos en los últimos años, lo que ha dificultado su capacidad de respuesta ante las demandas sociales.
El diálogo entre empresarios y trabajadores
Mewes reconoce que ha habido un cambio en la conciencia del empresariado respecto a la sociedad y su entorno. Sin embargo, advierte que si este cambio no se mantiene, puede perderse con el tiempo. “Hubo un cambio, pero como todas las cosas, si ese cambio no se empuja permanentemente, tiende a perderse en el tiempo”, explica.
El presidente de la CPC también menciona la importancia de la capacitación y el desarrollo de competencias laborales en un contexto de transformación tecnológica. “Si somos capaces de que los trabajadores, particularmente los sindicalizados, pongan arriba de la mesa… el hecho de que puedan ser certificadas sus competencias laborales; o puedan hablar con la empresa para que los capacite en la transformación tecnológica que estamos viviendo”, señala.
Desafíos actuales y la situación del país
Al evaluar la situación actual de Chile, Mewes expresa que, en comparación con 2019, el país se encuentra en una situación más complicada. “Estamos peor que en 2019. Tenemos un nivel de violencia y delincuencia inusitado”, afirma. Además, menciona que muchos de los problemas que afectan a la población, como la salud y la educación, siguen sin resolverse.
Mewes también critica la falta de conexión entre la clase política y la ciudadanía. “Nosotros -los empresarios- estamos más conectados con la sociedad que la clase política”, asegura.
La corrupción como un problema persistente
La corrupción es otro de los temas que Mewes aborda con preocupación. “La corrupción hoy es parte del problema. Y si vamos hacia atrás, uno se puede acordar que habían empresas que regalaban bicicletas por cambiarse, y pasar una a otra. Eso es corrupción”, menciona. A pesar de que asegura que la mayoría de los empresarios no son corruptos, reconoce que los casos de corrupción que han salido a la luz han causado un daño significativo a la reputación del sector.
Mewes concluye que es fundamental que el sector privado y la clase política trabajen juntos para abordar los problemas que enfrenta el país, y que la confianza y el diálogo son esenciales para avanzar en la solución de las demandas sociales.