Las intensas lluvias e inundaciones en España han dejado hasta el momento un saldo trágico de 217 fallecidos, y este lunes se han comenzado a vislumbrar las devastadoras consecuencias de las tormentas que han afectado principalmente a la región de Valencia. Entre las localidades más impactadas se encuentra Sedaví, un pueblo de aproximadamente 10,000 habitantes situado al sur de la capital valenciana. Los residentes de esta localidad han compartido con AFP los severos daños que el agua causó el pasado martes.
Destrucción en Sedaví
La situación en Sedaví es alarmante. La vivienda de Teresa Gisbert, una mujer de 62 años, ha quedado prácticamente despojada de sus pertenencias. En su hogar, ya no hay puerta ni muebles, que han sido destruidos por el barro y se encuentran amontonados en una angosta calle. Mientras intenta rescatar algunos recuerdos de lo que fue su hogar, Teresa expresa su dolor: “Nací aquí, y lo he perdido todo”. En las paredes de su casa, una línea oscura a más de un metro de altura marca el nivel que alcanzó el agua durante la tormenta.
Refugio y ayuda
Durante la inundación, Teresa y su hijo se vieron obligados a refugiarse en una terraza elevada, y posteriormente se trasladaron a la casa de una vecina, sorprendidos por la magnitud de la ola que no habían anticipado. “Decían ‘alarma por agua’, pero tenían que haber dicho que era una riada”, comentó entre lágrimas, agradeciendo a los voluntarios que han traído comida y apoyo a los afectados. Actualmente, ella y su hijo se alojan en casa de una amiga y reciben ropa donada, ya que no tienen un lugar donde dormir. “Yo voy allí de prestado, porque no tengo ni dónde dormir”, añadió.
Impacto en la comunidad
Más arriba en la misma calle, Pepita Codina, una jubilada de 66 años, continúa limpiando los restos de barro que inundaron su hogar. El agua devastó su cocina, su salón y muchas de sus fotografías. Afortunadamente, ella y su esposo lograron refugiarse en el piso superior de su casa. “Está todo para tirar”, lamentó Pepita, quien también fue testigo de la tragedia cuando, a pocos metros de su hogar, apareció el cadáver de una persona arrastrada por la corriente. “Hemos tenido una señora desde el martes muerta (en la calle) hasta el jueves, que se la llevaron. Esto es muy duro”, reveló.
Recuerdos de una catástrofe
José Ferrandis, un residente de 81 años, también compartió su experiencia, señalando que nunca había presenciado una catástrofe de tal magnitud. “El problema es que vino de repente”, comentó, añadiendo que su hijo ha perdido casi todas sus pertenencias, aunque se siente afortunado de que estén a salvo.
La comunidad de Sedaví, al igual que muchas otras en la región, enfrenta un arduo camino hacia la recuperación tras las devastadoras inundaciones que han marcado un antes y un después en sus vidas.