
El actor Willem Dafoe, reconocido por su versatilidad en el cine contemporáneo, reflexiona sobre su carrera y su enfoque hacia la actuación en un artículo de la revista Esquire. A lo largo de su trayectoria, que abarca desde el teatro experimental hasta las grandes producciones de Hollywood, Dafoe ha sido considerado un camaleón auténtico en la actuación. En sus propias palabras, “El actor tiene un pase que le permite ser otra persona o fingir serlo. Pero si realmente te concentras, sucede algo especial cuando filmas y todo se queda atrás”.
Inicios y formación artística
Nacido en Wisconsin, Dafoe recuerda que su lugar de origen no era propicio para la actuación. A sus 69 años, menciona que durante su infancia y juventud, el arte parecía algo distante en su entorno familiar y social. Proveniente de una familia de clase media, su ambición lo llevó a buscar oportunidades más allá de su hogar. Su primer contacto significativo con el mundo del arte se produjo a través de su trabajo con el Wooster Group, una compañía neoyorquina que combinaba múltiples disciplinas artísticas. Dafoe explica: “Conocí cosas interesantes mientras trabajaba con algunas compañías neoyorquinas”. Este espacio se convirtió en su escuela y hogar, donde aprendió la importancia del compromiso en la actuación. “Estuve comprometido e involucrado yo”, confesó el actor.
El papel de la transformación en la actuación
La carrera de Dafoe dio un giro significativo cuando la cineasta Kathryn Bigelow lo vio actuar en una presentación del Wooster Group y le ofreció un papel en la película The Loveless (1982), lo que marcó el inicio de una nueva etapa profesional. Para Dafoe, la actuación no se limita a interpretar un personaje; es un proceso de transformación que va más allá de la técnica. En sus palabras, “Nunca pienso en el personaje, sino en las acciones. Si haces eso el tiempo suficiente, comienzas a pensar de manera diferente”. Esta inmersión en el papel es fundamental para él, aunque reconoce que puede ser aterradora. “Si has esforzado, tu trabajo da miedo”, admitió.
La búsqueda de la identidad y la libertad en la actuación
Dafoe también reflexiona sobre su identidad personal, negándose a definirse como una persona con una personalidad fija. En su opinión, “De jóvenes somos rígidos, pero al crecer quieres dejar estas cosas atrás que te mantienen alejado de la aventura”. Al experimentar un personaje, el actor describe cómo su práctica cambia incluso su forma de percibir la realidad. Cuando habita un papel, las reglas cotidianas quedan suspendidas. “Cuando filmas, te conviertes en un tipo que vive y está tratando de hacer algo”, subrayó.
Reflexiones sobre la vida y la mortalidad
Dafoe también aborda conceptos más profundos relacionados con la atención, la libertad y la aceptación de la mortalidad. En su opinión, “En nuestra sociedad hay demasiado ego. Si solo miras a ti mismo, no verás las oportunidades que se presentan”. Reflexionando sobre la vida, plantea la pregunta: “¿Hay alguien que no le asuste la muerte?” Reconoce que el miedo a la muerte puede ser combatido a través de la gratitud y el cuidado hacia los demás. “Para combatir estos miedos, podemos ser agradecidos, apreciar y entender que somos animales sociales”, enfatizó.
El arte como antídoto contra la ansiedad
Dafoe encuentra consuelo en el hecho de que, al desaparecer en el presente, puede aplicar este enfoque en su profesión. Considera que evitar preocupaciones innecesarias relacionadas con las expectativas es crucial. “Si estás ocupado, las ideas escapan”, apuntó el galardonado artista, quien también menciona que actividades como el baile y la cocina son un antídoto contra las ansiedades que surgen con el paso del tiempo.