
El Banco de Chile se consolida como líder en el mercado bursátil, impulsado por resultados financieros sólidos y una estrategia de diversificación efectiva.
Recientes movimientos significativos en el mercado de acciones han puesto de relieve el Banco de Chile, que ha experimentado un notable aumento en el volumen de transacciones. Durante la semana de agosto, el banco registró flujos por un valor de $220 mil millones en acciones, lo que representa el monto más alto transaccionado desde 2019. Este volumen de transacciones abarcó el 26% de los flujos totales de acciones en el mercado nacional, según datos proporcionados por la Bolsa de Santiago.
Desde hace varios meses, el Banco de Chile ha superado a SQM, consolidándose como la entidad de mayor valor para los accionistas en el país, con una capitalización de mercado aproximada de US$ 12.400 millones. En el último rebalanceo del índice S&P IPSA, el Banco de Chile se estableció como la compañía con mayor ponderación dentro del selectivo, que actualmente incluye 28 acciones. Este banco es controlado a través de un joint venture entre Citigroup, un banco estadounidense, y el holding Quiñenco, perteneciente al Grupo Luksic.
El contexto económico actual ha sido favorable para el sector bancario, caracterizado por una inflación persistente que se refleja en la Unidad de Fomento (UF). A pesar de esta inflación, se anticipa que el Banco Central continuará reduciendo las tasas de interés, lo que disminuiría el costo de financiamiento para las entidades financieras. Según los resultados del Banco de Chile hasta agosto, se reportó un retorno sobre el patrimonio promedio (ROAE) de 24,4% y un retorno sobre los activos promedio (ROAA) de 2,3%. Estas cifras superan significativamente los promedios del sistema bancario y cooperativas, que son de 15,3% y 1,2%, respectivamente. Si se considera el ROE mensual, basado en la utilidad anualizada de agosto y la situación actual del patrimonio del banco, la cifra se eleva a 25,3%, lo que representa un incremento de aproximadamente 120 puntos base en comparación con el mismo mes del año anterior.
Analistas de Credicorp, Daniel Mora y Santiago Martínez, en su Andean Investor Guide 2025, afirmaron: “Creemos que el Banco de Chile es el mejor banco chileno, respaldado por cifras de utilidad y ROAE superiores a las de sus pares”. Felipe Mercado, portfolio manager de DVA Capital, destacó que “el éxito del Banco de Chile desde el punto de vista de rentabilidad se ha venido construyendo desde ya varios años”.
Mercado identificó cinco factores clave que han contribuido a este sólido desempeño: eficiencia operativa y control de costos, diversificación de ingresos, gestión prudente de riesgos, enfoque en clientes de alto valor y una posición robusta en el mercado de capitales. Los especialistas han señalado que esta estrategia conservadora ayuda a limitar las pérdidas por incobrables, mantiene la morosidad bajo control y protege los márgenes de ganancias del banco. Ewald Stark, analista de BICE Inversiones, mencionó que el banco tiene “una mayor exposición a la UF por el lado de los activos que los pasivos”, lo que le permite beneficiarse de la alta inflación observada en los últimos años. Jorge Pérez, analista de Itaú BBA Securities, subrayó que los altos niveles de precios al consumo han favorecido los márgenes de todos los bancos, pero especialmente los del Banco de Chile.
Además, la Facilidad de Financiamiento Condicional al Incremento de las Colocaciones (FCIC), implementada por el Banco Central durante la pandemia, ha permitido al banco acceder a financiamiento a bajo costo, lo que ha resultado en excelentes resultados para sus instrumentos de inversión. Pérez también indicó que los niveles de rentabilidad podrían haber sido aún más altos si el banco no hubiera decidido realizar grandes provisiones voluntarias.
Stark analizó la cartera de clientes del Banco de Chile, que es una de las más grandes del mercado, posicionándolo como el segundo mayor banco en Chile, con una participación del 16% del total. En el segmento de banca empresarial, el banco mantiene una exposición a compañías más grandes y menos vulnerables a la salud de la economía. En el ámbito de banca personal, se enfoca en clientes de ingresos más altos en comparación con sus competidores.
En cuanto a la diversificación, Mercado explicó que el banco no depende únicamente de los ingresos por intereses, sino que también obtiene ingresos significativos de comisiones por otros servicios, lo que le permite ser más resiliente ante cambios en las tasas de interés y en las condiciones económicas del país.
El Banco de Chile presenta un ratio precio-valor libro de 2 veces, lo que para algunos analistas indica que sus acciones están transaccionando en su “valor justo”, con precios que han alcanzado máximos históricos recientemente. Sin embargo, no todos coinciden en que el banco haya alcanzado su techo. Pérez, desde Itaú, expresó que “creemos que el market cap actual es un piso para la acción”, aunque también mencionó que “vemos mayores catalizadores en otros jugadores, en este caso en Santander”, anticipando que Santander podría experimentar un mayor crecimiento de utilidad, en parte debido a una base de comparación más sencilla.
Pérez pronosticó que “Santander volverá a competir directamente con Banco de Chile, por lo que la hegemonía sí podría estar en peligro”. A pesar de esto, sugirió que si el Banco de Chile optara por una estrategia más activa, como aumentar la política de dividendos o realizar pagos extraordinarios, podría mantener su posición dominante.
La discusión sobre estas estrategias de inversión se enmarca en la esperada normalización de los resultados bancarios, que han estado influenciados por las condiciones excepcionales surgidas a raíz de la pandemia, la crisis inflacionaria y el aumento de tasas. Los inversionistas buscan entender cuándo los bancos dejarán de beneficiarse de la inflación actual y comenzarán a experimentar un crecimiento real en las colocaciones. Rolando Arias, gerente de la división de gestión, control financiero y productividad del Banco de Chile, comentó que “en los últimos 18 meses hemos observado una normalización significativa de las condiciones financieras en el país”, señalando que el crecimiento de los volúmenes de negocio ha sido limitado, lo que ha llevado a una moderación de la rentabilidad hacia niveles previos a la pandemia.
Arias anticipó que esta tendencia de normalización continuará gradualmente en los próximos semestres. El último Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central, publicado a principios de septiembre, proyectó una inflación más persistente y un crecimiento más débil. Los operadores han moderado sus previsiones, estimando una inflación de alrededor del 3,3% en los tramos a uno y dos años de las curvas swap.
Los analistas de Credicorp señalaron que “la normalización en los resultados de la banca está tardando más de lo previsto”, identificando diversas implicancias para el Banco de Chile. Se estima que en 2024, el Banco de Chile registrará un ROAE superior al objetivo a largo plazo del 18%, con una proyección de 22,1% para el cierre de este ejercicio, ligeramente superior a lo estimado por el propio banco. Para 2025, se anticipa una moderación a 19,3%. Stark argumentó que “la normalización demorará más debido a que la inflación ha demostrado ser más persistente de lo que el mercado había anticipado”.
Una vez que la inflación se sitúe en el objetivo del Banco Central y que la Tasa de Política Monetaria (TPM) esté en un rango más neutral, se podría observar un panorama más normal para los bancos. Pérez prevé que para 2026 se debería estar viendo una completa normalización, aunque con la salvedad de que “las rentabilidades serán más altas en comparación a los niveles vistos antes de la pandemia”, dado que “todos los bancos han invertido para mejorar sus niveles de eficiencia y digitalización”.
Desde el Banco de Chile, Arias destacó que su Cuenta FAN ya cuenta con más de 1,5 millones de cuentas y que han desarrollado un ecosistema digital que incluye seguridad avanzada y atención al cliente, además de un metaverso interactivo para atraer a nuevas generaciones. También mencionó la reciente incursión del banco en el negocio de adquirencia a través de la filial B-Pago, con el objetivo de ampliar su propuesta de valor en el segmento de pequeñas y medianas empresas (PYME).