
Ladrones. De eso se acusa, y con una tonelada de pruebas, al ex comandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba (y a su esposa) y al ex director de la PDI, Héctor Espinosa (y a su esposa). Cientos de millones de pesos en gastos reservados fueron a dar a sus cuentas personales.
El escándalo no sólo debiese terminar en cárcel para ambos, sino también con una reforma al reglamento de gastos reservados que, actualmente, facilita tanto robo.
Partiendo por lo segundo: ¿En serio es justificable que los gastos asociados a labores de inteligencia dependan de una sola persona, a su entera discreción, sin rendirle cuentas a nadie ni dejar registro al respecto?
¿No debería, al menos, haber un sistema de registro con embargo, que se devele con el pasar de los años? Algo así como lo que ocurre con los documentos clasificados del FBI o la CIA en Estados Unidos, por ejemplo.
Ya sea una disposición similar a eso o la creación de algún ente contralor, alguna medida se debe implementar urgentemente.
140 millones de pesos se robó Espinosa al mando de la PDI en menos de 3 años, según acusa la Fiscalía. Todo mediante órdenes que habría dado al subcomisario Eduardo Villablanca, que entre junio de 2015 y marzo de 2017 realizó 53 depósitos por caja de entre $1 millón y $5 millones, la mayoría de las veces.
En una oportunidad llegó a depositarle hasta $ 20 millones en billetes al ex director de la PDI. Sus cuentas personales en Banco Chile y BancoEstado muestran los ingresos de dinero.
Comparativamente hablando, lo de Espinosa es casi un chiste (uno muy malo, en todo caso) al lado de lo que se robó el ex comandante en jefe del Ejército.
A Fuente-Alba se lo acusa -con una enciclopedia de evidencia- de haberse apropiado de casi 3 mil millones de pesos en gastos reservados. El texto acusatorio es explícito:
“Tales recursos eran recibidos por los oficiales de Ejército que se desempeñaban como jefe de finanzas de la Comandancia en Jefe de Ejército, en dinero en efectivo -ya sea en dólares o en pesos chilenos- sin que quedara registro contable o de otra naturaleza, que diera cuenta del gasto posterior de los fondos fiscales regulados por la ley 19.863″.
Juan Miguel Fuente-Alba arriesga quince años de cárcel por la apropiación de gastos reservados. Su esposa, Ana María Pinochet, diez. Sobre la posible pena que le puede caer a Héctor Espinosa aún no hay luces, pero no debería ser muy distinta. Lo mismo para su señora, María Neira, y para el ya mencionado subcomisario Villablanca.
Queda por ver cómo actuará la Justicia. Y también cómo seguirán las indagatorias por corrupción dentro de la PDI y del Ejército.
Porque la evidencia encontrada hasta ahora hace pensar en esa antigua noción que dice que si te pillaron robando hoy, no sería extraño que hayas robado también antes…