Floriane Hot: el desafío mental detrás de su segundo título mundial en 100 km

Floriane Hot: superando límites en 100 km de resistencia mental y física.
Floriane Hot: superando límites en 100 km de resistencia mental y física.

La corredora francesa de ultradistancia Floriane Hot se ha consagrado campeona del mundo en la prueba de 100 kilómetros por segunda vez consecutiva, logrando un tiempo de 8 horas, 8 minutos y 42 segundos. Este triunfo, que tuvo lugar el pasado 7 de diciembre en Bangalore, India, no solo representa un logro deportivo, sino que también es un testimonio de la resistencia física y mental de la atleta, especialmente considerando que apenas unos meses antes, en el verano de 2023, se convirtió en madre.

Desafíos y sacrificios en la preparación

Según relata L’Equipe, la historia de Floriane Hot revela los desafíos, el sufrimiento y la fortaleza interior necesarios para triunfar en una de las pruebas más exigentes del atletismo. Correr largas distancias exige semanas de intensa preparación física, así como una mentalidad que permita dominar el dolor y el cansancio. La corredora describe su carrera como la culminación de sacrificios y un entrenamiento exigente, que abarca un total de 220 kilómetros semanales organizados en ciclos de tres, con alta carga y menor intensidad para asimilar el esfuerzo.

Su rutina de entrenamiento combina salidas largas de 50 a 60 kilómetros a ritmo de competencia, junto con sesiones en pista, lo que pone a prueba tanto su cuerpo como su estrategia nutricional. “Cada deportista tiene su propia táctica, pero el objetivo es reducir el deterioro muscular y evitar problemas intestinales”, explica Hot. Además, la recuperación juega un papel esencial en la rutina de la atleta. Entre siestas, fisioterapia, osteopatía y el uso de botas de compresión, prioriza el descanso para reparar los efectos acumulados de su entrenamiento.

Dificultades en la competencia

A pesar de estas medidas, la desconexión total es casi imposible. “Siento que si dejo de correr, me estoy desentrenando”, confiesa, reflejando la constante tensión que enfrenta. En Bangalore, las condiciones climáticas no estuvieron exentas de dificultades adicionales. Con 27 grados de temperatura y una altitud de 1.000 metros, su cuerpo llegó al límite. El circuito, un bucle de 5 kilómetros que debía repetirse veinte veces, incluía un bache poco común en competiciones de este nivel, lo que representó un obstáculo adicional tanto físico como mental. Esto se sumó al desgaste por el desfase horario y el cansancio del viaje.

“¿Cómo reaccionaría mi cuerpo ante estas condiciones?”, se preguntó al inicio de la prueba. Sabía que comenzar demasiado rápido podría condenar su carrera, por lo que optó por controlar su ritmo desde el principio, ignorando a las competidoras que decidieron acelerar. Confiar en su frecuencia cardíaca fue clave para no excederse en el calor: “Prefiero decirme a mí misma que voy a mi ritmo. Si las demás aguantan, son mejores. Yo lo tomo con paciencia”.

Momentos críticos y motivación

Los pensamientos de Floriane se tornaron críticos alrededor del kilómetro 30, cuando comenzaron a aparecer las primeras señales de malestar. Para ella, esto es algo habitual en cada larga distancia. “Siempre digo: ¿Por qué haces esto? En realidad, ¿cuál es el sentido?”. Sin embargo, ha aprendido a aceptar el malestar inicial, sabiendo que, tarde o temprano, las sensaciones mejorarán. Superado el kilómetro 60, entró en un terreno desconocido. Nunca se supera la distancia extrema, ya que todo lo que viene después es un reto, y sobre todo, psicológico. Fue en este punto donde comenzó a adelantar a corredoras que habían arrancado rápido, lo que le proporcionó una inyección de confianza que le permitió afrontar la última parte del desafío con mejor ánimo. “La carrera realmente comienza aquí”, comenta, refiriéndose al peso mental del tramo final.

Para soportar las etapas finales, recurrió a un recuerdo personal: el parto de su hijo Nino, que duró 36 horas. “Puede sonar extraño, pensé en el parto. ¿Qué se compara con eso?”. Esta comparación le ayudó a relativizar su situación y encontrar fuerza en medio del agotamiento. Además, tenía una mayor motivación: “Quería ganar esta medalla para él. No quería volver a Francia sin un motivo”.

El triunfo y la emoción del momento

Al cruzar la meta, la mezcla de alivio y felicidad fue inmediata. Sin embargo, la magnitud del esfuerzo y el peligro de calambres o problemas estomacales podían aparecer en cualquier momento. Los últimos kilómetros fueron una emoción contenida y una precaución constante. Al cruzar la meta, la alegría fue indescriptible. Compartir este triunfo con su familia presente en Bangalore hizo que el logro fuera aún más especial. “Todo el trabajo acumulado había dado sus frutos”, afirma emocionada.

El título mundial refleja la extraordinaria capacidad de la mente para enfrentar situaciones extremas. En el ultrafondo, es tan importante la fortaleza de las piernas como la mentalidad, algo que Floriane Hot sabe muy bien. La imagen de ella cruzando la meta superando el dolor y sus propios límites es la máxima expresión de lo que significa ser humana.