
Durante la misa central con motivo de la 50° Peregrinación a Luján, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, realizó una crítica a los políticos que, en lugar de buscar soluciones para mitigar la pobreza, optan por señalar culpables. En su discurso, enfatizó que “hay muchos mediocres que, frente al doloroso 52,9% de pobreza, se pusieron culpables”, mientras una multitud lo escuchaba tanto dentro como fuera de la Basílica de Luján.
Monseñor García Cuerva hizo referencia a las cifras recientemente publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que indican que en el primer semestre del año, aproximadamente 24,9 millones de personas en todo el país se encuentran en situación de pobreza. Esta cifra representa un aumento de 11,2 puntos porcentuales en comparación con el cierre del año anterior, cuando la pobreza era del 41,7%. Además, se observó un incremento del 12,8% en comparación con el año anterior, cuando la pobreza era del 40,1%. Este dato se considera el más alto desde 2003.
En un llamado a la unidad nacional, el arzobispo instó a todos a “unirse detrás de dos o tres temas importantes para los argentinos”, subrayando la importancia de “humildad para trabajar juntos, generar consensos y acuerdos, y tender puentes”. Durante su homilía, invitó a “no rendirse y ser hermanos” y a “construir una patria justa y fraterna”, confiando en la protección de la Virgen de Luján. “Pedir ayuda no es signo de rendirse, es reconocer que no podemos hacerlo solos. Trabajemos juntos para liberarnos de odios y prejuicios”, remarcó.
Asimismo, hizo un llamado a solidarizarse con los más vulnerables, especialmente en el contexto que atraviesa el país. En su discurso, mencionó: “Madre, tu imagen original tiene solo 38 centímetros. Hecha de barro cocido. Sin embargo, madre, sos tan grande. Sos inmensa en tu pequeñez. Decirte madre nos une. Allí está el fundamento para empezar a construir la nación anhelada”. Además, destacó la importancia de caminar como pueblo, reconociendo las diferencias, pero enfatizando que la igualdad une a los argentinos.
“Hemos recorrido kilómetros. Hemos traído nuestras intenciones a María, le contamos nuestras lágrimas, oraciones, nuestros dolores, toda nuestra vida, nuestras fragilidades, porque hemos aprendido que solos es difícil, necesitamos, aunque distintos, somos familia de Jesús y María”, reflexionó monseñor García Cuerva, señalando que la peregrinación simboliza un camino compartido y un esfuerzo colectivo hacia un objetivo común. Recordó la primera peregrinación a Luján, que tuvo lugar en 1975, resaltando el espíritu de unión de quienes participaron en ella. Citando a los jóvenes de aquel entonces, recordó: “En cada paso que dimos hasta aquí, hemos experimentado que un pueblo camina unido hacia su ideal de libertad y justicia”.
El arzobispo subrayó que esta comprensión sigue vigente, enfatizando la necesidad de tener “corazones humildes y trabajadores”. Dirigiéndose a la Virgen, describió su ternura: “Tu mirada silenciosa dice muchas palabras. Nos miras con ternura, sin juzgar ni reprocharnos nada. Tu mirada parece tener párpados caídos, como las madres agotadas que salen a buscar a sus hijos en las calles y pasillos de barrios atrapados por la droga”. Utilizando una metáfora, resaltó la compasión y el cuidado ante las dificultades económicas y sociales.
En medio de su mensaje, monseñor García Cuerva hizo hincapié en la crisis que enfrenta el país, expresando: “Mira, haciendo un enorme esfuerzo por sostener la esperanza, por poner el hombro para sobrellevar lo que hace años”. Añadió: “Necesitamos mirarnos a través de tus ojos grandes y claros, que están empañados por prejuicios. No debemos excluir a nadie”. En su discurso, subrayó la necesidad de buscar soluciones activamente, enfatizando que no se debe resignar ante la situación actual. “Hemos perdido justicia, hemos perdido fuentes laborales, oportunidades y sueños. Pero aquí estamos. Seguimos buscando. No nos vamos a resignar, buscamos la mano de nuestra madre. Buscamos”, señaló.
Finalmente, instó a los argentinos a no resignarse y a trabajar juntos. “Construyamos una patria fraterna, liberémonos de prejuicios y enfrentamientos estériles”, concluyó, reafirmando la importancia de seguir bajo la protección de la patrona de Argentina.
Miles de fieles llegaron ese día tras casi 24 horas de caminata, en una nueva manifestación de devoción y fe. La marcha comenzó el día anterior, a las 10 de la mañana, en la iglesia San Cayetano, ubicada en el barrio porteño de Liniers, desde donde partieron rumbo a Luján. Bajo el lema “Madre”, miles marcharon en una multitudinaria caminata de aproximadamente 63 kilómetros, recorriendo los municipios de Morón, Merlo, Moreno y General Rodríguez, siguiendo la Ruta Nacional N°7.