Mortalidad por ACV en Sudamérica: ¿Qué cambios se han observado en 30 años?

Transformaciones en la mortalidad por ACV en Sudamérica: un análisis de 30 años.
Transformaciones en la mortalidad por ACV en Sudamérica: un análisis de 30 años.

Ataques cerebrovasculares en Sudamérica: un estudio revela el aumento de mortalidad y la necesidad de mejorar la atención y prevención en la región.

Un ataque cerebrovascular, comúnmente conocido como ACV, ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro o se produce la ruptura de un vaso sanguíneo en la superficie cerebral. Esta condición se clasifica como una emergencia médica grave que demanda atención inmediata. Recientemente, investigadores de Brasil llevaron a cabo un estudio que analiza cómo ha cambiado la mortalidad por ACV en Sudamérica a lo largo de un periodo de 30 años. Este estudio observacional fue publicado en la revista Epidemiologia.

Los investigadores, que pertenecen a la Universidad San Pablo Federal Espírito Santo, identificaron que países como Argentina, Brasil, Chile, Guyana y Uruguay han registrado tasas elevadas de mortalidad por ACV. A pesar de que estas tasas han mostrado una reducción, los niveles siguen siendo altos. Para llevar a cabo su investigación, utilizaron un modelo de regresión Joinpoint, que permite analizar las estadísticas de mortalidad. En su análisis, señalaron que existen múltiples razones que contribuyen a la reducción del número de casos y sus secuelas. Una de las principales razones es que muchas personas enfrentan limitaciones para acceder al control de factores de riesgo como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y los problemas de colesterol. Además, mencionaron que muchas personas no reconocen a tiempo los síntomas de un episodio agudo, lo que dificulta la atención hospitalaria y la calidad de la terapia de reperfusión, así como la falta de servicios de rehabilitación.

Los síntomas de un ataque cerebrovascular pueden incluir dificultades para hablar y entender lo que otros dicen, entumecimiento, debilidad o parálisis en la cara, brazo o pierna, problemas de visión en uno o ambos ojos, y un dolor de cabeza repentino e intenso. Tras enumerar las razones que contribuyen a la mortalidad por ACV, los investigadores afirmaron: “Pueden conducir a mayores ingresos medios en Sudamérica, en comparación con los altos”.

Desde Colombia, Claudio Alejandro Jiménez Monsalve, médico neurólogo y codirector del Centro Hospital Simón Bolívar en Bogotá, así como miembro líder del futuro de la Organización Mundial del ACV, comentó sobre los hallazgos de los investigadores brasileños. Indicó que la región ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Entre 1990 y 2019, el total de muertes por ACV aumentó un 24,1%, lo que representa un incremento de 17,000 muertes cada año. Sin embargo, la tasa estandarizada por edad, que considera la distribución de la población por edad, ha disminuido en Brasil. “Esto puede ser explicado principalmente por el envejecimiento de la población adulta mayor, que actualmente está envejeciendo rápidamente, asociado a la prevalencia de condiciones como la hipertensión arterial, la diabetes y la fibrilación auricular”, explicó el experto colombiano. A pesar de la reducción en términos absolutos, la mortalidad sigue aumentando, especialmente debido al crecimiento de la población anciana.

En cuanto a la prevención de ataques cerebrales, se destacó que la transformación cultural es esencial, especialmente en lo que respecta a la cultura del autocuidado y la modificación de hábitos de vida. A nivel individual, se recomendó adoptar medidas que favorezcan la salud. Por otro lado, el equipo de especialistas que realizó el estudio considera que “cuando salvamos tejido cerebral, también salvamos tejido social. Porque cada vez que una persona sufre un ACV, la estructura de la sociedad queda debilitada”. Por lo tanto, es fundamental que las comunidades e instituciones se comprometan a promover la educación y la concientización sobre los riesgos del ACV y la importancia de una atención oportuna. “Es clave que el país implemente políticas públicas de prevención, regule la venta y publicidad de productos como el tabaco y el alcohol, promueva la disponibilidad de alimentos saludables y fomente la creación de espacios públicos para realizar actividad física”, sostuvieron.

En un diálogo con Infobae, Conrado Estol, fundador de Salud Breyna y director del Sanatorio Güemes, la primera unidad de atención de ACV en Argentina, consideró que el hallazgo central del estudio es preocupante, ya que se observa un incremento paradójico en los casos de ACV debido al envejecimiento de la población. Durante el periodo analizado, “se han registrado avances en el diagnóstico y tratamiento, y ha crecido el número de médicos especializados”. Estol coincidió con los autores del estudio en que es necesario mejorar el tratamiento del ACV en la región. “Hoy en día, es imperiosa la necesidad de desarrollar unidades de atención para ACV en la región. Así como se ha hecho con la atención coronaria, que ha demostrado que los pacientes tratados en unidades especializadas tienen menor mortalidad”, subrayó. La atención en este tipo de unidades “reduce las discapacidades y requiere menos internaciones, lo que a su vez disminuye los costos de hospitalización. La optimización de estos servicios debería ser una prioridad”.