La capacidad analítica de Beatriz Sarlo se hizo evidente en cada una de las entrevistas que brindó en los últimos años. Sus crónicas periodísticas, así como sus reportajes en radio y televisión, ofrecieron siempre una perspectiva original y una descripción precisa de fenómenos sociales y políticos complejos o apenas perceptibles. En una entrevista con María Laura Santillán para Infobae en febrero de 2022, la ensayista y crítica literaria relató con agudeza el crecimiento del clima antipolítico en Argentina y la expansión de la narrativa contra el Estado que planteaba Javier Milei. En ese momento, el líder libertario había asumido recientemente como diputado y sus aspiraciones presidenciales comenzaban a ser conocidas.
Para Sarlo, este fenómeno representaba un retroceso emergente en las condiciones de vida del país, pero también un impacto devastador en la educación pública. En sus propias palabras, “una de mis actividades principales es interrogar a gente en la calle. Ahora pregunto qué piensan y la respuesta es aterradora. Parecen dobles de Milei, me parece que el pensamiento más aterrador que puede tener la política”. La autora de obras como “Escenas de la vida posmoderna”, “La intimidad pública”, “Escritos sobre literatura argentina” y “Borges, escritor de las orillas” continuó su análisis sobre el riesgo que representaba Milei al ganar la batalla de las ideas liberales.
Sarlo expresó que “yo imagino que Espert debe estar con todos los pelos parados frente a la competencia que ha surgido en el campo liberal. Porque no toma grandes temas liberales; lo que son es de carácter anárquico. No te plantea ningún ideal ni ninguna configuración de sociedad”. En su análisis, destacó que actualmente existe un divorcio entre las mayorías y los discursos que pretenden dirigirse a ellas.
Refiriéndose a la situación política, Sarlo mencionó que “en los años noventa, hasta dirigentes e intelectuales como Chacho Álvarez podían interpelar a la mayoría. Ha habido una obturación del pasado político reciente. No estamos hablando de la década del 30, sino de los 90, y a nadie le importa eso. Hay una crisis de percepción histórica. ¿Por qué va a importar lo que conoces?”.
En cuanto a la cuestión educativa, Sarlo expresó su preocupación por el futuro del sistema educativo en Argentina: “cuando la mitad de los adolescentes están fuera de la escuela secundaria, y cuando un chico de 15 años no puede descifrar un texto de tres palabras, quiero pensar que hay una decadencia argentina. Es estructural el sistema educativo, con pobreza en enormes sectores. Si tú estás muriendo de hambre, vas a decir todas las mañanas ‘chicos, guardapolvo’. Ya existe esa ideología”.
En otra entrevista, realizada hace poco más de un año, Sarlo habló sobre el fenómeno libertario y la proximidad de las elecciones, donde la decisión de competir por la presidencia ya estaba tomada. “Un argumento que repiten y que escucho es increíble, pero eso quiere decir que puede dirigir a la gente. Usted pregunta en la calle a las personas y les dice ‘¿y los políticos?’, y responden ‘son iguales, quieren llenarse, a mí no me dan nada’”. Esta percepción, según Sarlo, organiza una condena hacia la clase política.
En relación a este tema, Sarlo afirmó que “esa convicción se mantiene, aun si pasa un dirigente en un camión distribuyendo lo que prometió. Tiene convicción”. También mencionó que hay un prejuicio que, en realidad, sigue manteniéndose en muchos lugares del mundo, acentuado de manera espectacular.
La ausencia de un vacío político y el entrenamiento en este contexto fueron temas abordados en una entrevista con Diego Rojas, periodista que falleció pocas semanas después a causa de complicaciones tras un trasplante. Rojas afirmó: “Milei es extremista en tanto que pone movimientos y cláusulas que deben ser respetadas de manera extrema, es de naturaleza extremista. Vimos lo que sucedió en el Foro de Davos. Ahí habla sin reparar en las consecuencias para la audiencia local, porque sabe que lo local le interesa poco. Esto, ¿duraré su mandato? Hago adivinanzas. Depende. Depende, además, de cómo marche la economía y de si la CGT y otras organizaciones pueden movilizar fuerzas. Depende de cuánto aguante tengan las nuevas normativas económicas. No puedo hacer predicciones”.
