
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado que desde el inicio de la revolución en Siria en 2011, un total de 59.725 personas han muerto bajo tortura y maltrato en las cárceles del régimen depuesto de Bashar al Assad. Esta organización no gubernamental, que cuenta con una extensa red de colaboradores en el terreno, emitió un comunicado en el que se detalla que, de estas muertes, menos de 10.885 casos han podido ser documentados “con nombres” tras la caída del régimen hace tres semanas.
En su nota, el Observatorio señala que “con el colapso del régimen, aparecieron documentos dejados por sus servicios de seguridad que revelan el martirio de los detenidos”. La cifra que el observatorio ha podido documentar oficialmente es de 59.725, aunque se estima que la realidad indica que las cifras reales son mucho mayores. La ONG afirma que el número de aquellos que han perdido la vida en “los centros de detención” se ha elevado a 59.725, y que más de 105.000 personas han muerto dentro de las cárceles.
El informe describe las condiciones en las que se encontraban los detenidos, afirmando que “eran una auténtica pesadilla, pues los detenidos enfrentaban horrendas formas de tortura física y psicológica, brutales palizas, descargas eléctricas, arrancamientos de uñas, hasta privación de comida y sueño”. La prisión de Sednaya, situada en las afueras de Damasco, es mencionada como un “matadero humano”, donde la posibilidad de sobrevivir era escasa y el destino inevitable era la muerte. Se señala que allí se presenciaron ejecuciones masivas y torturas sistemáticas que cobraron miles de vidas.
El Observatorio también hace referencia a las imágenes que surgieron tras la caída del régimen, mostrando cuerpos desfigurados por la tortura, lo que sirve como testimonio del horror de los crímenes cometidos. La ONG instó a la comunidad internacional a “adoptar medidas urgentes y concretas para garantizar que los autores de estos asesinatos rindan cuentas”. Además, enfatizó que estos juicios deben celebrarse en territorio sirio bajo la supervisión de organismos internacionales independientes.
En otro informe, se ha indicado que alrededor de 58.000 viviendas han resultado dañadas de diversas maneras durante los 13 años de guerra civil en Siria. La organización gubernamental Coordinadores de Respuesta atribuye estos daños a las operaciones militares del régimen de Assad. En un informe preliminar divulgado el sábado por la televisión siria, que está bajo el control de la administración provisional actual, se ofrece una evaluación inicial de los daños a la infraestructura y las instalaciones públicas en las gobernaciones sirias de Alepo, Hama, Idlib, Homs y Damasco Rural.
Los datos recopilados hasta el momento indican que 16.333 viviendas sufrieron “daños totales”, lo que las dejó al borde del colapso; otras 21.844 inmuebles registraron daños parciales, y 19.483 sufrieron daños menores, elevando el total de viviendas afectadas a cerca de 58.000. El documento también recoge el estado de diferentes infraestructuras afectadas, señalando que 107 hospitales de salud, 498 escuelas educativas, 437 panaderías y 358 kilómetros de carreteras han sido destruidos, así como 48 puentes.