El café podría ser clave en la prevención del Alzheimer, según un nuevo estudio

El café podría ser clave para reducir el riesgo de Alzheimer
El café podría ser clave para reducir el riesgo de Alzheimer

El café, una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, ha sido objeto de numerosos estudios científicos en las últimas décadas, que han intentado desentrañar sus efectos en la salud. A pesar de que durante años se le ha asociado con riesgos para la salud, investigaciones recientes sugieren que podría ofrecer múltiples beneficios, incluyendo la prevención de la demencia. Un nuevo estudio ha confirmado un vínculo entre la ingesta de cafeína y marcadores en el líquido cefalorraquídeo (LCR) relacionados con la enfermedad de Alzheimer.

Investigaciones sobre el café y la salud cognitiva

La mayoría de los estudios previos se han centrado en trabajos observacionales o metanálisis sobre el consumo de té y café, recopilando poca información sobre los cambios biológicos que produce la cafeína. Un equipo de investigadores en Francia analizó datos de un estudio prospectivo que evaluó a pacientes con deterioro cognitivo leve y Alzheimer entre 2010 y 2015. Este estudio encontró que el consumo de café podría reducir los cúmulos en el cerebro asociados con la enfermedad de Alzheimer. La investigación fue publicada en la revista Alzheimer’s & Dementia.

La enfermedad de Alzheimer es una de las formas más comunes de demencia, representando entre el 60% y el 70% de los casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque la causa exacta de esta enfermedad no se comprende completamente, se sabe que las proteínas cerebrales no funcionan normalmente en su núcleo, lo que altera el trabajo de las neuronas y produce una serie de eventos tóxicos. Dos proteínas, la beta-amiloide y la tau, están asociadas con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Las placas de beta-amiloide causan la muerte celular, mientras que la proteína tau forma ovillos neurofibrilares que son disruptivos para el funcionamiento neuronal.

Detalles del estudio francés

Los investigadores franceses analizaron a 263 participantes mayores de 70 años, a quienes se les realizó una evaluación clínica inicial y se les sometió a una encuesta detallada sobre sus hábitos alimenticios y de consumo de bebidas, incluyendo chocolate y refrescos, para evaluar la cantidad de cafeína que absorbían diariamente. Los voluntarios también se sometieron a resonancias magnéticas y proporcionaron muestras de sangre y LCR. Aquellos que consumían menos de 200 miligramos de cafeína al día fueron agrupados en una muestra de “bajo consumo”, mientras que aquellos que bebían más fueron considerados consumidores regulares de cafeína. Esta diferencia equivale aproximadamente a una lata de bebida energética o a dos tazas de café al día.

Los hallazgos del estudio revelaron que el grupo de bajo consumo tenía casi 2.5 veces más probabilidades de recibir un diagnóstico de Alzheimer. Un análisis detallado mostró diferencias significativas en las proporciones de concentraciones de formas específicas de beta-amiloide. Aquellos que bebieron menos tendieron a tener niveles bajos de una forma soluble llamada Aβ42, así como una proporción reducida de Aβ42 y ptau-181, en comparación con los niveles altos de estos marcadores en el LCR de los que consumieron cafeína. Estos resultados indican que el consumo de cafeína podría estar relacionado con la agregación cerebral, un sello biológico de la neurodegeneración responsable de los síntomas de Alzheimer.

Implicaciones del consumo de cafeína

Curiosamente, el consumo de cafeína pareció afectar la acumulación de tejido cerebral, aunque los efectos han sido limitados. Sin embargo, el laboratorio indicó que la actividad química de la cafeína podría “enredar” los grumos de proteínas. No está claro si esto ocurre en todos los casos, ya que este último estudio se basa simplemente en los hábitos de cientos de personas mayores, lo que evidencia cómo el consumo de cafeína en la juventud y la mediana edad podría influir en la aparición de la enfermedad en el futuro.

De acuerdo con los expertos, es importante considerar cuándo se consume café. Por ejemplo, beberlo a la hora de dormir podría impactar el funcionamiento neurológico a largo plazo. Además, depender en exceso de fuentes de cafeína como el chocolate o las bebidas energéticas puede conllevar una carga adicional de azúcar que afecta la salud cognitiva. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) indica que los adultos pueden ingerir de manera segura hasta 400 miligramos de cafeína al día, lo que equivale a aproximadamente cuatro tazas de café de 240 mililitros o seis shots de espresso. Sin embargo, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que las mujeres embarazadas no superen los 200 miligramos de cafeína al día.