El café, una bebida que ha sido parte de la cultura cotidiana durante siglos, ha sido objeto de numerosos estudios en relación a su impacto en la salud. Recientemente, se ha descubierto que el café no solo actúa como un estimulante matutino, sino que también tiene efectos positivos en el corazón, el metabolismo y la longevidad. Un nuevo campo de estudio ha revelado un efecto sorprendente del café sobre la microbiota intestinal, la vasta comunidad de microorganismos que habita en nuestro intestino y que desempeña un papel crucial en nuestra salud. Este microbioma se ha convertido en un capítulo importante en la historia del café como superalimento.
Un estudio reciente publicado en la revista Nature Microbiology confirma que el café no solo beneficia al organismo en general, sino que también nutre y estimula ciertos tipos de bacterias intestinales específicas, como la especie Lawsonibacter asaccharolyticus. Este descubrimiento, respaldado por datos de 22,000 participantes, muestra cómo el hábito de consumir café puede influir en aspectos fundamentales como la digestión, la inmunidad y el equilibrio metabólico.
La clave de este efecto radica en la compleja composición química del café. Esta bebida contiene cientos de compuestos bioactivos, entre los que destacan los polifenoles, que alimentan a las bacterias beneficiosas que habitan en el intestino. Este mundo interior está compuesto por billones de bacterias, hongos y otros microorganismos, y es central para la absorción de nutrientes, el funcionamiento del sistema inmune y hasta la salud mental. Cada persona alberga una microbiota única, moldeada por factores como la genética, el entorno y, de manera crucial, la dieta.
Los científicos han identificado que los alimentos que consumimos alteran nuestra microbiota, favoreciendo a algunas bacterias y perjudicando a otras. Un estudio reciente llevado a cabo por un equipo de investigación de la empresa de ciencia nutricional ZOE reveló que los consumidores habituales de café presentan una microbiota significativamente diferente en comparación con aquellos que no lo consumen. Entre los hallazgos destacados, se observó que los bebedores frecuentes de café mostraron una presencia ocho veces mayor de ciertas bacterias beneficiosas.
Los investigadores sugieren que los beneficios del café para el intestino se deben principalmente a los polifenoles antioxidantes, que ayudan a reducir los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial, además de alimentar a las bacterias intestinales. El café también contiene ácido clorogénico, quinina y derivados quinínicos, todos ellos metabolizados para producir compuestos secundarios que pueden ser beneficiosos. Curiosamente, estos efectos se encuentran tanto en el café con cafeína como en el descafeinado, lo que sugiere que están directamente ligados a la composición química del café y no solo a la cafeína.
Otro dato revelador es que la bacteria Lawsonibacter parece prosperar únicamente en presencia de café, lo que subraya la relación simbiótica entre la microbiota y esta bebida. Esta bacteria, aunque descubierta recientemente, está ganando atención por su capacidad para metabolizar compuestos que podrían tener propiedades saludables.
Los beneficios generales para la salud del café podrían explicar parte de los hallazgos de estudios previos que ya habían señalado un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer entre los bebedores de café. Ahora, se sugiere que la interacción entre el café y la microbiota intestinal podría ser un factor clave detrás de estos efectos positivos. Una microbiota saludable favorece la mejora de la digestión, la regularidad intestinal, el estado inmunitario y el estado de ánimo. La diversidad microbiana promovida por el consumo de café refuerza la teoría de que una dieta rica en plantas y fermentados es fundamental para mantener una microbiota intestinal saludable.
Estos hallazgos abren nuevas puertas hacia la nutrición personalizada, un enfoque que adapta las recomendaciones dietéticas a las necesidades específicas de cada individuo. El profesor Tim Spector, coautor y cofundador de ZOE, afirma que estos descubrimientos ofrecen una ventana única para descifrar las dietas de las personas, ayudándolas a mejorar la alimentación de sus microbios. Aunque aún no se comprende completamente el impacto del café en la salud humana, este descubrimiento representa “la punta del iceberg”. A medida que se desarrollen investigaciones adicionales, podrían surgir estrategias alimentarias específicas para optimizar la salud general mediante el consumo de alimentos ricos en polifenoles.
El café, que acompaña nuestras mañanas, se posiciona como un aliado potencial para la salud general. Su capacidad para nutrir y promover la diversidad microbiana coloca al café en el centro de la conversación sobre la alimentación y el bienestar. Así, la próxima vez que prepares una taza, recuerda que estás disfrutando de un sabor que también alimenta a los microorganismos que trabajan en tu intestino.
