Un hombre de 49 años falleció tras sufrir un ataque de un jabalí en la provincia de Mendoza, Argentina, lo que ha suscitado un debate sobre la regulación de la caza de esta especie considerada invasora.
Detalles del ataque y la víctima
La víctima fue identificada como Diego Iván Cortez, un puestero de El Carrizal, en Luján de Cuyo. Cortez se encontraba en compañía de su primo y un amigo, realizando tareas de arrear vacas, cuando fue sorprendido por un jabalí que pesaba aproximadamente 75 kilogramos. Este tipo de jabalí se encuentra en diversas regiones de Mendoza y en casi toda Argentina, exceptuando la provincia de Tierra del Fuego.
Durante el ataque, Cortez cayó en el lodo y fue mordido en tres tendones y dos arterias de su brazo izquierdo. Existen dos versiones sobre el incidente: el hermano de la víctima afirmó que el jabalí había matado a cuatro perros de Cortez, mientras que su viuda aclaró que los perros no resultaron heridos y que solo “torearon” al jabalí.
Cortez regresó a su hogar ensangrentado, donde relató lo sucedido a su familia, quienes lo trasladaron al hospital. Permaneció internado durante 12 días hasta que falleció en la última semana. La viuda de Cortez indicó que la causa de su muerte fue una bacteria, agravada por condiciones de salud preexistentes como la diabetes.
Reacciones y contexto del ataque
El fallecimiento de Cortez ha causado conmoción en la provincia de Mendoza y ha captado la atención pública a nivel nacional, dado que no se registran antecedentes de ataques de jabalíes en más de un siglo de presencia de esta especie en el país.
El jabalí es clasificado como una de las Especies Exóticas Invasoras (EEI), que ocasionan pérdidas económicas significativas, estimadas en alrededor de 1.300 millones de dólares anuales en los sectores de agricultura y ganadería. Esto ha llevado a la necesidad de regular la caza de esta especie para mantener el equilibrio del ecosistema.
La caza del jabalí en Mendoza
El jefe de Fauna de la Subsecretaría de Ambiente de Mendoza, Adrián Gorrindo, explicó que el jabalí (Sus scrofa) es una especie exótica invasora en Argentina, introducida a principios del siglo XX. Aunque se considera perjudicial, no se le clasifica como una “plaga”. Gorrindo señaló que, a pesar de que ha habido incidentes, el caso de Cortez es excepcional, ya que no hay registros de muertes humanas por ataques de jabalíes en el país.
La caza de jabalíes está permitida en Mendoza, siempre que se obtenga el permiso correspondiente y se cumplan los requisitos establecidos por la resolución provincial N° 1.307/2019. Gorrindo enfatizó la importancia de controlar la población de jabalíes debido a su impacto negativo en la biodiversidad y en actividades económicas como la agricultura y la ganadería, ya que estos animales atacan a las crías de ganado.
Normativas y riesgos de la caza
La normativa prohíbe la caza de jabalíes con perros y la venta de su carne, aunque se permite su consumo personal. Gorrindo advirtió que la caza de jabalíes no es una actividad recreativa y que quienes se dedican a ello deben estar adecuadamente equipados, utilizando armas de mayor calibre para evitar situaciones peligrosas.
En el ámbito clandestino, se han reportado prácticas donde se utilizan jaurías para acorralar al jabalí, lo que puede resultar en ataques al cazador si el animal se siente amenazado. Gorrindo también destacó el papel de depredadores naturales como el puma y el yaguareté en el control de la población de jabalíes, ya que atacan a las crías y hembras.
Recomendaciones en caso de encuentro con jabalíes
Se ofrecen varias recomendaciones para quienes se encuentren con un jabalí:
- Contar con la autorización y el permiso para cazar.
- Retroceder lentamente, manteniendo contacto visual con el jabalí.
- No acercarse al animal y respetar su territorio.
- Si el jabalí se aproxima, mantener la calma y adoptar una postura firme.
- No hostigar al animal en caso de un encuentro fortuito.
- Buscar refugio en una roca grande, ya que los jabalíes no escalan.
- Resguardarse dentro de un vehículo.
- Evitar huir desesperadamente para no ser percibido como una presa.
- Si el jabalí aparece en una propiedad, hacer ruido para ahuyentarlo.
