La Máquina de Mirar: ¿Qué secretos revela el cuarto capítulo sobre la vida de Marín?

Cuarto capítulo de 'La máquina de mirar': la vida de Fernando Marín en imágenes.
Cuarto capítulo de 'La máquina de mirar': la vida de Fernando Marín en imágenes.

La serie La máquina de mirar, bajo la dirección de Julio Panno, a lo largo de sus seis episodios invita a la audiencia a sumergirse en una narrativa cargada de emociones y dramatismo. En cada uno de ellos, se combina la voz de Fernando Marín, el personaje detrás de toda la historia, con los testimonios de personas que compartieron o presenciaron su camino. Infobae presenta el cuarto capítulo, titulado Neustadt no conduce más, donde se reconstruye la vida juvenil de Marín en Estados Unidos, entre Miami y Las Vegas, en el inicio de su carrera en el mundo de la producción de espectáculos y su relación con grandes figuras del deporte y el periodismo.

Como sucedió en los primeros dos capítulos, la ficcionalización vuelve a tomar protagonismo en la serie, con imágenes en blanco y negro que reflejan la ciudad del pecado. En este contexto, Marín trabajó como valet parking y, ante los ojos asombrados, vio desfilar a grandes íconos de la música y el espectáculo, como Elvis Presley, Louis Armstrong, Frank Sinatra y Paul Anka. Años después, regresó a su país y comenzó a trabajar en los medios de comunicación, sin saber que eso lo convertiría en un referente del sector.

Trabajando junto a su hermano y su primera esposa, Marín inició su recorrido en las mañanas de Radio Mitre. Su hija, María José, fruto de esta relación, fue la encargada de contar cómo era la dinámica familiar en un hogar que empezaba a apasionarlo. Entre los éxitos de Marín se encuentra Cantañiño, un programa que él definió como “un programa para niños protagonizado por niños”. Esta característica dotaba al programa de una espontaneidad propia de la edad, donde “todo está permitido”, como describe Virginia Hanglin, una de las conductoras del ciclo, quien señala que “trabajar en casa, había nada falso ni inventado”. Esta fórmula les permitió alcanzar un éxito inmediato, obteniendo tres discos de platino en un corto período de tiempo.

Uno de los programas insignia de Marín fue Videoshow. En este espacio, Bernardo era el conductor, pero una pelea con Diego Maradona por maltrato lo dejó fuera del ruedo. El enfrentamiento entre el futbolista y el conductor se intensificó cuando Maradona, que en ese momento tenía 20 años, pidió como condición que su madre, Dalma Salvadora Franco, conocida como Doña Tota, fuera entrevistada. Marín le dio su palabra a los encargados, Enrique Llamas Maradiaga y Guillermo Salatino. Sin embargo, Maradona irrumpió en el estudio dispuesto a recuperar su lugar, lo que motivó la frase que da nombre al episodio.

Como quedó claro en el capítulo anterior, la vida de Marín tiene una gran importancia. La nueva entrega cuenta la razón por la cual decidió ser el encargado de televisar las peleas de Carlos Monzón, quien viajó a diferentes ciudades del mundo. También se aborda el trasfondo de la cobertura de la última carrera de Reutemann, que fue cubierta por Niembro, y se abre una intimidad familiar, recordando a su padre a través del relato de uno de sus hijos. Esto deja una sensación de curiosidad acerca de la increíble historia de Marín, quien menciona: “Me pasaron muchas cosas”, y afortunadamente, “buena parte de ellas” son recordadas en este episodio.

Además, en el episodio 4, se presenta a Daniel Hadad, fundador y CEO de Infobae, así como a los periodistas Nelson Castro y Marcelo Longobardi, quienes se reunieron de manera única y profesional con los hermanos Rolando y Salatino, hijos del productor.