La insatisfacción con el color de los ojos es una experiencia común entre muchas personas. Aunque la mayoría elige resignarse o utilizar lentes de contacto para alterar su apariencia, en los últimos años ha surgido una práctica controvertida: la cirugía para cambiar el color de los ojos. Esta intervención, conocida como queratopigmentación, implica modificar de forma permanente el color del iris mediante la introducción de pigmentos en este. Aunque durante décadas se llevaron a cabo procedimientos de este tipo con fines médicos, para pacientes con daños en el iris o la córnea, desde hace aproximadamente diez años algunos médicos han comenzado a experimentar con este tratamiento con fines estéticos. Sin embargo, muchos profesionales de la salud advierten que realizar tratamientos de queratopigmentación en pacientes con ojos sanos es irresponsable, ya que los riesgos pueden superar los beneficios estéticos que se buscan. ¿Cuál es el costo de este procedimiento y cuáles son las posibles complicaciones para la salud ocular?
Queratopigmentación: una práctica polémica
La queratopigmentación es un procedimiento irreversible, lo que significa que una vez realizado, no hay forma de recuperar el color natural de los ojos. Este procedimiento se lleva a cabo mediante la introducción de un pigmento que tiñe la córnea, utilizando un láser de femtosegundo, que también se utiliza en otras intervenciones oculares, para lograr el color deseado.
El director médico de la Clínica EyeCos de Barcelona y miembro de la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE), Pedro Grimaldos, ha expresado su preocupación sobre esta práctica, afirmando: “La desaconsejo por motivos científicos. Es una cirugía, no se trabaja en el iris, el iris no cambia de color, se trabaja en la córnea donde se pone delante el colorante… El colorante tapa tu campo visual, no ves por los lados y genera un problema de visibilidad periférica”. Además de los posibles daños a la visión, el resultado estético puede ser insatisfactorio, generando lo que se conoce como “ojo de muñeca” o “ojo de robot”, debido a la apariencia poco natural que puede resultar en el iris.
El doctor Brian Boxer Wachler comenzó a realizar queratopigmentaciones a principios de 2024. Según lo informado a The Wall Street Journal, cobra 12 mil dólares por cada cirugía, lo que equivale a aproximadamente 11.700 millones de pesos chilenos, y este costo no es reembolsado por los seguros de salud. En su opinión, no existen informes publicados que vinculen infecciones o pérdida de visión con la queratopigmentación cosmética en personas sin antecedentes de cirugía Lasik. Sin embargo, otros profesionales tienen una perspectiva diferente. El Dr. Guillermo Amescua, profesor de oftalmología en la Universidad de Miami, comentó: “Estoy muy sorprendido de que estos cirujanos estén realizando esto en Estados Unidos. Están asumiendo un riesgo”.
Riesgos de la cirugía para cambiar el color de los ojos
De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología, las complicaciones potenciales de la cirugía estética de queratopigmentación pueden incluir:
- Daño a la córnea, que puede resultar en opacidad, deformación, pérdida de líquido y pérdida de visión.
- Hipersensibilidad a la luz.
- Reacción al tinte, que puede provocar inflamación, uveítis o crecimiento de vasos sanguíneos en la córnea.
- Infección bacteriana o fúngica, que puede causar cicatrices en la córnea y pérdida de visión.
- Distribución desigual del tinte.
- Fuga del tinte en el ojo.
- Decoloración debido al movimiento o fuga del tinte en el ojo.
El vicesecretario y oftalmólogo de la Sociedad Española de Oftalmología, José Antonio Gegúndez, ha indicado: “He visto algún caso de personas jóvenes con una importante descompensación corneal bilateral, provocada por el tatuaje, que precisaban de un trasplante de córnea”.
¿Existen otras cirugías para cambiar el color de ojos?
Otra alternativa es el uso de implantes de iris, un procedimiento que ha sido aprobado por la FDA únicamente para casos médicos, como lesiones o defectos congénitos. Sin embargo, algunos han adaptado este procedimiento de manera inapropiada para fines estéticos, colocando un iris artificial de silicona sobre un iris sano. Este tipo de intervención también puede conllevar complicaciones graves, como pérdida de visión, glaucoma, cataratas, daño en la córnea e inflamación ocular, lo que en casos extremos podría requerir un trasplante de córnea o la remoción del implante.
