
La rabia en animales de compañía: prevención y medidas para proteger la salud pública.
La rabia es una enfermedad viral que representa una amenaza significativa para la salud pública a nivel mundial, afectando a todos los mamíferos. Esta enfermedad se transmite principalmente a través de mordeduras o rasguños de animales infectados, siendo los perros, gatos y murciélagos los principales vectores. Una vez que aparecen los síntomas, la rabia puede ser mortal. Sin embargo, es importante destacar que esta enfermedad es prevenible mediante la vacunación y el tratamiento oportuno. La lucha contra la rabia requiere un esfuerzo conjunto entre comunidades, gobiernos y organizaciones para garantizar un entorno más seguro y reducir la incidencia de esta enfermedad.
El pasado sábado, 28 de septiembre, se conmemoró el Día Mundial de la Rabia, en honor al fallecimiento del científico Louis Pasteur, quien descubrió la vacuna contra esta enfermedad en 1885. Hoy, 4 de octubre, se recuerda a los animales, con varios objetivos, entre los cuales se encuentran evitar el maltrato animal, preservar los hábitats naturales y la vida silvestre, así como promover la medicina veterinaria y la conservación para salvar especies en peligro de extinción. Estas fechas han cobrado aún más relevancia tras la pandemia de COVID-19, que ha aumentado la conciencia global sobre las enfermedades zoonóticas y la interconexión entre los seres vivos en el planeta.
La rabia es clasificada como una zoonosis que afecta al sistema nervioso tras las mordeduras de animales infectados. Esta enfermedad está presente en aproximadamente 150 países y en todos los continentes, a excepción de la Antártida. El Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario, comentó en una nota de Infobae que la rabia ha sido conocida desde hace cientos de años, y que los “ataques de agresión desenfrenados y la hidrofobia son signos propios de la muerte humana por parálisis respiratoria, que han sido inmortalizados desde tiempos inmemoriales en obras de arte y registros gráficos”.
En 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó una nueva hoja de ruta para 2030 en el Control de Enfermedades Tropicales Desatendidas, en la cual se determinaron objetivos regionales que se llevarán a cabo de manera progresiva para erradicar la rabia. Esta enfermedad presenta una alta letalidad, especialmente en zonas rurales donde se registran la mayor cantidad de casos humanos. El Dr. Romero agregó que “una vez que se manifiestan los síntomas, la rabia mata sin piedad ni oportunidad alguna. Como el virus viaja por los nervios de manera lenta pero segura, cuanto más cerca de la cabeza sea la mordida, más grave será, y rápidamente accederá al sistema nervioso central, haciendo inevitable un desenlace fatal”.
La prevención de la rabia se basa en la concientización anual sobre la salud de las mascotas. De esta manera, no solo se protege a los animales de compañía, sino que también se reduce significativamente el riesgo de transmisión a los humanos. Las medidas de prevención son fundamentales para combatir esta enfermedad letal. La OMS y otros organismos internacionales trabajan con el objetivo de eliminar las muertes humanas por rabia cada año, lo que incluye la mejora de la vigilancia epidemiológica, la educación y el acceso a vacunas tanto para personas como para animales.
Desde la Fundación Mundo Sano se subrayó la importancia de la prevención, especialmente para aquellos que están en contacto con humanos, como una estrategia eficaz. Existen dos ciclos de transmisión de la rabia: el ciclo rural, que involucra a mamíferos silvestres como el murciélago hematófago vampiro, que se alimenta de sangre, y el ciclo urbano, que involucra a animales domésticos como perros y gatos, además de insectívoros. Se recordó que la rabia es responsable de aproximadamente 60,000 muertes anuales en todo el mundo. Aunque en las Américas se ha logrado reducir drásticamente la transmisión humana de rabia por perros al 98%, los murciélagos han adquirido relevancia en los últimos años como portadores de la enfermedad.
El Dr. Romero advirtió que “si vemos un murciélago durante el día, hay una alta posibilidad de que esté enfermo. Si se observa un murciélago durante el día, se debe cubrir el balde o la caja y llamar a la autoridad sanitaria local para que se haga cargo de la investigación. Esto nos permite afirmar que existe un territorio argentino donde evitamos muertes de manera eficiente”. En caso de ser mordido por un animal sospechoso, es crucial actuar rápidamente. Se recomienda lavar la herida con agua y jabón durante al menos 15 minutos y acudir inmediatamente a un centro de salud cercano para recibir la administración de la vacuna antirrábica postexposición, lo cual es esencial para el desarrollo de la inmunidad. Sin la atención adecuada, el desenlace puede ser fatal. Todo caso sospechoso debe ser notificado al Sistema Nacional de Vigilancia en un plazo de 24 horas. Además, se debe localizar al agresor y observarlo durante 10 días bajo supervisión de áreas de epidemiología y veterinaria.