“Como agua para chocolate” renace: amor, cocina y nostalgia en una nueva adaptación cautivadora

"Como agua para chocolate": recetas que nunca pasan de moda y siempre sorprenden.
"Como agua para chocolate": recetas que nunca pasan de moda y siempre sorprenden.

La adaptación de Salma Hayek Pinault de la novela Como agua para chocolate de Laura Esquivel, publicada en 1989, se presenta como un melodrama de época que destaca por su narrativa ágil y sus actuaciones. Esta nueva versión de una historia clásica sobre el amor prohibido se caracteriza por su construcción de mundo eficiente y su tono nostálgico, que se entrelaza con un sentido del humor refrescante. La serie, compuesta por seis episodios, se centra en Azul Guaita, quien interpreta a Tita Garza, la joven hija de Mamá Elena (interpretada por Irene Azuela), una viuda aristocrática que mantiene la hacienda familiar en funcionamiento en México a principios del siglo XX, en un contexto de desafíos financieros y rumores revolucionarios.

La historia comienza con la dura realidad de Tita, quien es comparada con sus hermanas, Rosaura (interpretada por Ana Valeria Becerril) y Gertrudis (interpretada por Andrea Chaparro). Tita espera casarse con Pedro Múzquiz (interpretado por Andrés Baida), el apuesto hijo del dueño de la hacienda vecina, pero su madre prohíbe esta unión debido a una antigua tradición familiar que exige que la menor de las hijas permanezca en casa para cuidar de su madre hasta su muerte. En su lugar, Tita ofrece a su hermana mayor, Rosaura, la oportunidad de casarse con Pedro.

La narrativa se desarrolla a través de doce recetas que estructuran formalmente los capítulos de la serie, reflejando el erotismo y la represión que caracterizan la obra original. La historia se presenta como una parodia suave de la ficción episódica de las revistas para mujeres de finales del siglo XIX y principios del XX, donde el romance se convierte en un tema central, aunque con un enfoque que burla las normas del género.

El marco retrospectivo de la serie muestra a una descendiente femenina que ha heredado la cocina familiar y que intenta reconstruir su vida mientras honra el duelo por su madre. La cocina se convierte en una metáfora central, donde la frustración amorosa de Tita se traduce en un poder culinario que permite que los sentimientos que evoca en sus invitados se manifiesten a través de la comida que prepara. Esta concepción permite que la serie se deleite en tomas largas y hermosas de los platos que se elaboran, aunque también plantea desafíos cinematográficos al intentar representar transformaciones emocionales complejas sin caer en lo absurdo.

La serie, que se compara con la película de 1992 dirigida por Alfonso Arau, aborda temas de manera diferente, utilizando un enfoque escatológico que contrasta con la representación más decorosa de la película. En esta nueva versión, los guiños al público son evidentes, y se presentan momentos de humor que reflejan la tristeza y la desesperación de los personajes. Un ejemplo de esto es una escena en la que los invitados a la boda de Rosaura experimentan una transformación emocional tras probar el pastel, lo que provoca una serie de reacciones que culminan en un momento memorable de vomito colectivo.

La serie también explora las consecuencias de las decisiones de los personajes, aunque la magnitud de estas consecuencias es difícil de medir en los primeros episodios. A medida que avanza la trama, se revela la complejidad de Mamá Elena, quien, a pesar de su severidad, se vuelve un personaje comprensible a medida que se desvela su historia y sus sacrificios. La cinematografía de la serie es descrita como impresionante y exquisita, aunque algunos críticos señalan que la energía experimental puede resultar innecesaria en ciertos momentos.

La actuación de Lumi Cavazos es destacada por su contención, lo que permite que su personaje crezca y evolucione a lo largo de la serie. La narrativa abarca varias décadas, mostrando la vida de una cocinera que enfrenta los mismos desafíos a lo largo del tiempo. La serie se presenta como una adaptación que, aunque se aleja de la obra original en algunos aspectos, busca mantener la esencia de la historia de Laura Esquivel.