
La cantante islandesa Björk ofreció una extensa entrevista a la revista GQ desde el pintoresco pueblo de Sidi Bou Saïd, en el norte de Túnez. En esta conversación, reflexionó sobre aspectos significativos de su vida y obra, mientras disfrutaba de un “descanso necesario” tras concluir su exigente proyecto artístico y cinematográfico titulado Cornucopia. La artista, reconocida por su constante transformación creativa, enfatizó que esta pausa en África fue impulsada por un calendario apretado que amenazaba con dejarla sin tiempo para sí misma. “Me di cuenta que si no tomaba vacaciones en ese momento, habría otra oportunidad jamás”, reveló a GQ.
Detalles sobre Cornucopia
El proyecto Cornucopia es descrito como un compendio monumental de creatividad, un documental que captura una presentación en vivo realizada en Lisboa, producto de una gira que abarcó cinco años y cuarenta fechas alrededor del mundo. Según detalló, la producción fue técnicamente compleja: “Cuando empezamos a trabajar en esto, conseguimos 27 pantallas que se abren y cierran; eso nunca había hecho antes”, destacó, explicando que la propuesta visual buscaba trasladar una experiencia inmersiva de realidad virtual al formato teatral.
Sobre la dificultad logística, comentó humorísticamente: “Incluso cuando estás agotado, cubre los costos de mover todas esas pantallas”. El espectáculo también sirvió como un vehículo para explorar narrativas personales y emocionales, en un especial viaje que abarca desde el dolor hasta la sanación. “El álbum Vulnicura era claramente una ruptura del corazón, lo más triste que he hecho”, contrastándolo con su disco Utopía, que imaginaba un mundo sin conflictos.
Reflexiones sobre la recuperación emocional
Björk profundizó en la naturaleza impredecible y no lineal de la recuperación emocional: “Es como si te golpearan con la cola de un dinosaurio y después tienes que lidiar con ello”. La entrevista, llena de matices culturales y filosóficos, evitó abordar temas políticos y sociales, especialmente el feminismo. Sin embargo, reflexionó sobre la situación global, comparándola con la equidad de género en su Islandia“Para un islandés, el silencio que rodea a ciertos otros países provoca ‘¿Qué demonios? Es tan extraño’”. En su país, aunque imperfecto, se distingue una paridad palpable: siete de once ministros son mujeres.
Activismo ambiental y conexión espiritual
Björk también abordó su activismo ambiental, un compromiso que ha cultivado durante 25 años. Actualmente, se centra en proteger el salmón salvaje y apoya la sostenibilidad, que, según ella, debe redefinirse colectivamente. Su conexión espiritual y emocional ha modelado su perspectiva única. Ahora, radicada permanentemente en un entorno gobernado predominantemente por mujeres, caracterizado por una cultura de “optimismo colectivo”, admite que esto influye en su arte y conceptos creativos, fusionando tecnología, música y medio ambiente en proyectos que buscan provocar nuevas ideas. “Casi intento ejercitar el músculo… el mismo esfuerzo de una canción puede llevarte a otro estado de ánimo, puedes dirigir tu imaginación hacia otras agendas”, dijo en la conversación, que exploró su relación con la mortalidad y el amor, ambos temas recurrentes en sus letras.
Perspectivas sobre la vida y la percepción pública
Björk explicó que el amor tiene un poder transformador que trasciende incluso las preocupaciones sobre la muerte: “Estás en el momento totalmente dentro del amor y la muerte se vuelve irrelevante”. Respecto al final de la vida, agregó que se enfoca en aprovechar al máximo cada etapa creativa y física: “Cada cápsula de tiempo refleja el alma, la emoción y el cuerpo en ese momento”. Finalmente, abordó el impacto de su obra en la percepción pública. Aunque admite que encaja en la idea de celebrity A-list, se siente satisfecha con cómo comprenden aquellos que realmente están interesados en su música. “Las personas me entienden, entienden”, rió, haciendo referencia a su preferencia por mantenerse alejada del ojo público. Para ella, la autonomía y la interacción siguen siendo clave para la longevidad artística.