La comunidad asiática ha sufrido bastante en las últimas horas luego de que el ejército de Birmania, realizara un golpe de estado este lunes contra el gobierno democrático de Aung San Suu Kyi, quienes es el líder de facto del país. Actualmente, él y los principales miembros del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia, se encuentran detenidos en manos de la milicia.
Esta situación se ha dado, debido a que el ejército de Birmania (Myanmar), acusa un supuesto fraude en las pasadas elecciones de noviembre del 2020, donde el actual mandatario, arrasó con las votaciones. De todas formas, cabe señalar que dicha fuerza armada, no ha presentado ninguna prueba legal para corroborar su alegato, por lo que su acto que ha terminado por debilitar aún más la democracia de aquella nación, no tiene ningún fundamento sólido, más allá de la lucha por el poder.
En relación a ello, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, exhortó a los militares para que renuncien al poder “inmediatamente”, ya que de lo contrario, se encargara de aplicar sanciones económicas en contra de la nación asiática.
A su vez, el mandatario señaló a través de un comunicado que “la comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos a renunciar inmediatamente al poder”. Además, agregó que “Estados Unidos eliminó las sanciones contra Birmania durante la última década basándose en el avance hacia la democracia”.
Así mismo, afirmó que “la reversión de ese progreso requerirá una revisión inmediata de nuestras leyes y autoridades de sanciones, seguida de la acción que corresponda”. De la mano de estas últimas declaraciones, se entiende que el objetivo es advertir a la fuerza militar de Birmania que si no retrocede en su actuar, enfrentará duras consecuencias.
Por último, el gobernante norteamericano aclaró que “Estados Unidos está tomando nota de quienes apoyan al pueblo de Birmania en esta hora difícil”. Al mismo tiempo, aseguró que “trabajaremos con nuestros socios en toda la región y el mundo para apoyar la restauración de la democracia y el estado de derecho, así como para también hacer rendir cuentas a los responsables de revertir la transición democrática de Birmania”.
El hecho tiene expectante a varias naciones respecto a lo que pueda suceder de aquí en adelante, ya que sería un tema delicado si varias potencias a nivel mundial interceden en el país para intentar solucionar el problema, debido a los conflictos de intereses que puedan llegar a tener. Más aún, en una zona donde la transición a la democracia lleva tan solo diez años, entendiendo que desde 1962 hasta el 2011, Birmania era gobernada por el ejército militar.
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