En recuerdo de don Humberto Maturana

Este 14 de septiembre Humberto Maturana habría cumplido 93 años. Aquí lo recordamos con una entrevista muy especial.

Humberto Maturana falleció el pasado 6 de mayo
Humberto Maturana falleció el pasado 6 de mayo.

A propósito del que habría sido el cumpleaños número 93 del profesor Humberto Maturana, comparto una columna que escribí tras su muerte, el 6 de mayo pasado.

Por estos días en que todos hablan de autopoiesis -lo cual es maravilloso-, sumo una mirada diferente a la figura del maestro admirado a nivel mundial como científico y filósofo.

Parto con un paréntesis: Los aportes de Humberto Maturana conmovieron a grandes mentes de diversos ámbitos, desde neurocientíficos reconocidos internacionalmente, como Anil Seth (que lo trataba de “legendario biólogo”), hasta líderes espirituales como el Dalái Lama. Parece que los únicos que ignoran su genio son los de la Real Academia Española.

La RAE, hasta hoy, no reconoce el término “autopoiesis”, ni su variante “autopoyesis”. Ni hablar de “lenguajear”, una de las palabras más hermosas que inventó Maturana, para mi gusto.

Conociendo a Humberto Maturana

Tuve la oportunidad de conocer al profesor en 2018, cuando lo entrevistamos con el equipo del programa Metropolibros, emitido por Canal 13C. El día de la entrevista lo recogí en su departamento de Providencia, y lo llevé hasta el Museo de Historia Natural, donde se hizo la grabación.

En el trayecto, el maestro se fue mirando casi todo el tiempo por la ventana, como si fuera un turista que recién conocía Santiago. Era emocionante ver el candor en su mirada de niño, como a sus casi 90 años -en ese entonces- se maravillaba con el mundo todo el tiempo.

En un momento me preguntó por un tatuaje en mi brazo, y le conté la historia –que no viene al caso repetir aquí-, que escuchó con toda su atención. Cuando llegamos al lugar de la grabación a reunirnos con el director y el resto del equipo, les comentó que yo tenía un tatuaje con una historia muy linda.

Queda claro que don Humberto era una persona tan sabia como sencilla, que alcanzó la iluminación temprano en la vida y luego se dedicó a cultivarla.

Lo mejor de ese día fue la entrevista. El profesor participó en cientos de foros, debates y entrevistas, pero muy pocas veces habló de su niñez y de la importancia de la lectura, como en esa ocasión en Metropolibros.