
En una decisión que ha sido calificada por diversos expertos como mutuamente perjudicial, Donald Trump se prepara para retirar a Estados Unidos (EE.UU) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tan pronto como asuma su cargo como presidente el 20 de enero. Trump, quien será investido para un segundo y último mandato como presidente estadounidense, ya había intentado desvincularse de la OMS en julio de 2020, durante su primera administración. Sin embargo, la ruptura total de los lazos con la OMS no podía llevarse a cabo de inmediato debido a una antigua resolución del Congreso que exige que el presidente notifique con un año de antelación y pague las obligaciones pendientes. Este plazo permitió que la elección de Joe Biden a la presidencia en 2020, solo unos meses después del decreto de Trump, le diera la oportunidad al demócrata de revertir la decisión. No obstante, esta vez, la controvertida jugada de Trump no enfrentará tales obstáculos.
EE.UU, la mayor fuente de financiamiento de la OMS
Si Estados Unidos decidiera retirarse de la OMS, esto representaría un duro golpe para el presupuesto de la organización y su capacidad para coordinar programas y políticas de salud a nivel internacional. La OMS es una agencia de las Naciones Unidas compuesta por 196 países miembros, que contribuyen a la organización a través de “contribuciones asignadas“, que en realidad son cuotas de afiliación basadas en el PIB y la población, en un ciclo de financiación de dos años. EE.UU aporta casi una cuarta parte de estos fondos, superando a China, Japón y Alemania. Además, las naciones pueden realizar contribuciones voluntarias, y EE.UU ya ha aportado casi 1.000 millones de dólares al presupuesto de la OMS en el ciclo actual.
Cerca de la mitad de la financiación de la OMS proviene de organizaciones no gubernamentales. La Fundación Bill y Melinda Gates, por ejemplo, ha donado cientos de millones, convirtiéndose en el segundo mayor contribuyente global. Las contribuciones dirigidas por los donantes, o “específicas“, en las que el donante determina cómo y dónde se utiliza el dinero, representan más del 70% del presupuesto total. Esto plantea un problema estructural significativo para el funcionamiento de la OMS, según Gian Luca Burci, exabogado de la organización y actual especialista en derecho sanitario mundial en la Escuela de Posgrado de Ginebra. Burci comentó: “Los donantes ponen muchas condiciones, por lo que la OMS se vuelve muy dependiente de ellos. Así que EE.UU obtiene bastante en términos de retorno, por relativamente poco dinero”.
Existen muchas cuestiones que son de gran importancia para EE.UU en la OMS, independientemente de quién esté en la Casa Blanca, especialmente en lo que respecta a emergencias sanitarias, pandemias y brotes de enfermedades, así como la obtención de datos sobre lo que ocurre dentro de los países, explicó Burci. La pérdida de su principal contribuyente financiero dejaría a la OMS con pocas opciones para compensar el déficit; otros Estados miembros tendrían que aumentar su financiación o se vería obligado a recortar su presupuesto de operaciones.
Abandonar la OMS también perjudicaría a EE.UU.
La relación entre la OMS y Donald Trump comenzó a deteriorarse en 2020, cuando Trump acusó a la OMS de ser una “marioneta de China” en su respuesta al COVID-19. “Sigue despotricando contra China y diciendo que la OMS está en el bolsillo del gobierno chino, y que China tiene influencia sobre la organización”, afirmó Lawrence Gostin, profesor de Derecho Sanitario Mundial en la Universidad de Georgetown (EE.UU) y director del Centro Colaborador de la OMS sobre Derecho Sanitario Público y Derechos Humanos. Gostin advirtió que la decisión de salir de la OMS sería un “gol en contra”, un error estratégico para EE.UU, que perdería la “enorme influencia” que tiene como miembro de la organización. “Creo que sería profundamente adverso para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Abriría la puerta a Rusia, China y otros. También a los BRICS: Sudáfrica, India y México”, declaró Gostin.
Aumentarían los riesgos sanitarios
Una retirada de EE.UU de la OMS también podría hacer que tanto el país como el mundo sean menos sanos y seguros. Aislarse de la comunidad sanitaria mundial podría poner a Estados Unidos en desventaja en la protección de la salud de su población durante brotes de enfermedades. “Hay muchas cosas que Estados Unidos puede hacer por sí solo, pero evitar que nuevos patógenos crucen nuestras fronteras sencillamente no es una de ellas”, afirmó Gostin. Gostin expresó su preferencia por que Trump adoptara un enfoque más colaborativo, sugiriendo que en lugar de enviar una carta de retirada, podría negociar con la OMS para convertirla en una organización más fuerte, responsable y transparente, lo que beneficiaría tanto a Estados Unidos como a la OMS y al mundo.